Agnes-Cecile, cuyo verdadero nombre es Silvia Pelissero, nació en Roma, Italia, durante 1991. Su formación artística tuvo lugar en el 'Scuola d'Arte Giorgio De Chirico’ ubicada en la capital italiana. Se trata de una artista plástica ortodoxa, no digital, cuyo trazo pictórico es una auténtica maravilla. Domina diversas técnicas, entre las que destaca el óleo, el lápiz, el acrílico, los pasteles y entre otras y técnicas y soportes. Pero su destreza maestra reside con las acuarelas gracias a las cuales consigue obras de intensa fuerza y croma. Sus retratos están compuestos por manchas, goteos, trazados enérgicos y pintura salpicada; para ello utiliza diversos medios y sistemas manuales, entre ellos el speed painting y los arrebatos emocionales. Estamos ante un proceso de creación interna cuyo motor es, al mismo tiempo, la fluidez rápida y hábil del pensamiento y del estado emocional.
Sus trabajos no son consecuencia de estar pensando mucho tiempo. Deja fluir libremente las ideas y las emociones para que culminen en la improvisación. Cuando se produce este nexo se desarrolla su trabajo sin pausas. Se trata de una técnica que solo es posible en artistas que poseen una brillante intuición gráfica y un pre razonamiento conceptual que posteriormente saben expresar a través de sus habilidades técnicas y de estilo. Agnes-Cecile no copia pues de la realidad. Trabaja desde la memoria propia, algo que no todos los pintores son capaces de implementar. Cuando la imaginación de Silvia se dispara, le surgen las ideas y la necesidad de transcribirlas al papel. Cuando este momento ocurre, anota en su libreta ciertas palabras clave y esboza algún boceto al instante. Acto seguido pasa rápidamente al lienzo hasta completar su obra.
Pinta en color y en blanco y negro con su escala de grises. Los
resultados son fuertes y dramáticos unas veces y suaves y etéreos otras pero sean
cuales sean aquéllos todos expresan la fuerza interna del artista y la
existencia del sujeto bajo eterna transformación emocional. Sentimientos,
abstracciones y emociones son contrapuestos y yuxtapuestos mezclándose
efusivamente hasta estallar en un mensaje plástico de inusual belleza. Sin duda
estamos ante la visualización de una lucha permanente entre la belleza y la
vida, la superposición y la dimensionalidad de los objetos en el sujeto. Es por
ello que sus cuadros a veces muestran ese realismo que se deshace lentamente hasta
provocar cierto temblor en el espectador, y en otras se funde con los elementos
externos o del entorno, invadiendo realidad plasmada hasta formar un solo plano
de color y drama. Estamos sin duda ante una de las artistas más aclamadas de la
actualidad.
Texto: Carlos Flaqué Monllonch (KarlFM)
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