Muy rara vez tengo una idea precisa de la obra terminada cuando empiezo a trabajar en un collage. Confío en el instinto y la experimentación para encontrar el camino oculto que se abrirá frente a mí en algún momento. Los accidentes ocurren también. Trabajo con fotografías que escaneo en revistas antiguas o que encuentro en internet. Ahora tengo una gran colección de imágenes, y generalmente elijo algunas al azar y trato de encontrar asociaciones hasta que salte una chispa. 2017 ha sido un año excepcionalmente productivo para mí. Crear imágenes se ha convertido en algo que literalmente ha sido un salvavidas al pasar por momentos difíciles. Me he sentido inspirado por el amor, la tristeza, el duelo, las relaciones entre hombres y mujeres.
JULIEN PACAUD
Realidades superpuestas, montajes digitales que arrancan del surrealismo y tratamiento gráficos y que nos recuerda el cromatismo de ciertos collage soviéticos o de la inolvidable escuela de diseño Bauhaus. Son las narraciones iconográficas de Julien Pacaud, un artista francés contemporáneo que combina de forma muy peculiar la fotografía, la ilustración y el diseño gráfico. Estudió cinematografía en la Louis Lumière Ecôle du Paris (France) y tras conocer al cineasta Jean-Christophe Sánchez, fundó el Institut Drahomira, una entidad artística donde se expresan de determinada manera las diferentes líneas gráficas del cine, la música y las artes plásticas. En 2002, después de dudar entre convertirse en astrofísico, jugador de billar o maestro de esperanto, Julien Pacaud descubrió las posibilidades de la manipulación de imágenes a través de la digitalización y el ordenador. Su especial visión de imaginar y plasmar sus onirismos, define su extensa creatividad critica, la cual va más allá de la simple belleza plástica. Politica, sociedad, ser humano, naturaleza, cosmos, se fusuionan para transmitior mensajes criticos de su tiempo. A partir de trozos, compone ‘collages’ digitales hasta llegar a una totalidad gráfica repleta de den mensajes e interpretaciones. Su trabajo va más allá del simple cortar y pegar. Genera una técnica propia que le permite construir mundos propios, extraños y surrealistas que él mismo define como Sueños Perpendiculares.
En 2004, su primer trabajo ilustrativo fue para la portada del álbum Néons Blancs et Asphaltine, del músico francés Arman Méliès. Desde entonces, además de sus creaciones personales, trabaja como ilustrador freelance para la industria de la prensa, la publicidad o la música. En 2010, ganó el premio Special Swatch para los mejores jóvenes ilustradores del momento. Sus variadas obras expresan transmisiones que reflejan el estado intrínseco del ser humano y la sociedad, sus temores y deseos, sus realidades, su tecnología deshumanizada pero forzosamente presente y necesaria, mundos que, sin dejar de ser realidades constatadas, se deforman como sueños perpendiculares a la realidad que los envuelve. Simbolismos ocultos que esconden una realidad ciega que avanza desesperadamente hacia un futuro incierto.
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