TICK TACK, TIEMPO, ESPACIO Y COMUNICACIÓN

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BLOG DE CRÍTICA Y REFLEXIÓN SOBRE ARTE Y ACTUALIDAD CULTURAL

jueves, 10 de marzo de 2022

TRIBUTO A MARK LANEGAN, LA VOZ MÁS SUBTERRÁNEA DE SEATTLE


La vida es un proceso que puede quebrarse en cualquier instante. No importa a qué edad. De ahí que deba tener sentido. Para ello, nada mejor que dejar un legado cuando el proceso se detiene y abandonas la vida. Es lo que ocurre cuando los artistas y muchas personas expiran, marchan, pero siguen permaneciendo gracias a sus contribuciones. Como con tantos otros, es lo que ha ocurrido con Mark Lanegan, la desgarrada voz de Seattle cuya vida ha finalizado repentinamente a sus 57 años de edad. Su muerte a sobrecogido el universo del rock, pero su valiosísimo legado sigue estando entre nosotros.

Mark Lanegan nació en Ellensburg, Washington (Estados Unidos) un 25 de noviembre de 1964, el mismo año que dio luz a formaciones legendarias como Lynyrd SkynyrdThe KinksThe ByrdsThe Moody BluesAlice Cooper y The Velvet Underground. Sin duda, un año lleno de cosechas inolvidables y acontecimientos irrepetibles.

Lanegan comenzó su andadura musical en 1984 cuando decidió fundar Screaming Trees, la banda grunge formada por los hermanos Gary Lee Conner y Van Conner y Mark Pickerel como incorporación posterior. Inquieto por naturaleza, Lanegan inició, al mismo tiempo, su carrera en solitario y su primer disco, The Winding Sheet (1990), fue considerado por Dave Grohl (batería de Nirvana), como «uno de los mejores discos de todos los tiempos». Este disco contiene, asimismo, la valiosa colaboración de Kurt Cobain de Nirvana.

Dado su carácter polifacético y por encontrar nuevas formas musicales, Lanegan continuó colaborando con otros artistas, como Lead Bell (cantante de blues) y Layne Staley (Mad Season y Alice in Chains). Tras la disolución de The Screaming Tress (año 2000), Lanegan se unió a Queens of the Stone Age apareciendo en cinco de sus álbumes: Rated R (2000), Songs for the Deaf (2002), Lullabies to Paralyze (2005), Era Vulgaris (2007) y Like Clockwork (2013). Tres años más tarde (2003) decidió colaborar con The Gutter Twins, Greg Dulli (de Afghan Whigs), Isobelle Campbell (Belle y Sebastian), Melissa Auf der Maur, Martina Topley Bird, Creature with the Atom Brain, Moby, Bomb the Bass y Soulsavers.

Lanegan llegó a publicar 14 discos de estudio en solitario, siendo el primero The Winding Sheet. Posteriormente siguieron Whiskey for the Holy Ghost (1994), Scraps at Midnight (1998), I’ll Take Care of You (1999), Field Songs (2001), Bubblegum (2004), Blues Funeral (2012), Imitations (2013), Black Pudding (2013 con Duke Garwood), Phantom Radio (2014), Gargoyle (2017), With Animals /2018 con con Duke Garwood), Somedody’s Knocking (2019) y Straight Songs of Sorrow (2020). Su discografía contiene, además, varios directos, remasterizados y remixes.

Pero al margen de su trabajo como artista, la vida de Lanegan siempre estuvo repleta de agitados abismos, experiencias que dejaron una marca profunda en su estilo de música y letras. Según cuenta en su libro Sing Backwards and Weeps: «De crío era un jugador compulsivo, un alcohólico iniciado, un ladrón y un demonio de la pornografía. A los dieciocho años ya poseía un largo historial de delitos, como allanamiento de morada, robo en comercios, posesión de estupefacientes, vandalismo, fraude de seguros y 26 cargos por consumo de alcohol como menor. Quería emoción, aventura, decadencia, depravación, es decir, cualquier cosa para vivir todo».

Mark Lanegan ha abandonado esta vida hace escasos dias, dejando tras de sí un tremendo legado de discos y canciones inolvidables que nos recordarán que todavía sigue presente esa áspera y profunda voz cavernosa que surgió del corazón de Seattle, cuna de empresas como Boeing, Microsoft y Amazon y, cómo no, la metrópolis que vio nacer al grunge y a sus emblemáticas estrellas, entre ellas la de Mark Lanegan. Sigue brillando allí donde estés.

Carlos Flaqué Monllonch

Articulo completo publicado en Crazyminds

martes, 15 de febrero de 2022

¿LIBERTAD DE EXPRESIÓN? ¿DESINFORMACIÓN? GUERRA DE INTERESES Y PRINCIPIOS ENTRE SPOTIFY Y MÚSICOS

Dicen que una sociedad democrática se define, en parte, por su capacidad de tolerancia y por la libertad de expresión que ofrece. Sin embargo, este principio tiene sus propias contradicciones y límites por lo que se hace muy difícil establecer dónde residen los límites de esa libertad. Dependerá, en todo caso, de los casos a tratar. Es lo que está ocurriendo ahora con Spotify y algunos músicos que están retirando sus trabajos de la plataforma a raíz de los podcast antivacunas publicados en dicho medio.

¿POR QUÉ ES NOTICIA ESTE ENFRENTAMIENTO?

Inmediatamente después de que Neil Young y Joni Mitchell sacasen su música de Spotify como protesta contra esta desinformación antivacunas difundidas en el podcast de Joe Rogan, se han unido David Crosby, Graham Nash y Stephen Stills, todos ellos miembros de la legendaria banda sureña CSNY. Según su opinión, «si bien valoramos siempre los puntos de vista alternativos, difundir desinformación, a sabiendas durante esta pandemia mundial, tiene consecuencias mortales. Hasta que se tomen medidas reales para demostrar que la preocupación por la humanidad debe equilibrarse con el comercio, no queremos que nuestra música, o la música que hicimos juntos, esté en la misma plataforma».

Tras el estallido de la polémica, Spotify no tardó en emitir un comunicado a los medios informativos puntualizando el protocolo que la compañía tenía pensado realizar para combatir la desinformación sobre el COVID y otros temas que puedan generar polémicas.

¿QUIÉN ES JOE ROGAN?

Joe Rogan es un destacado escéptico de la vacuna COVID y tiene un contrato de exclusividad de 100 millones de dólares con Spotify. Aprovechando esta posición, señaló desinformación generalizada en su podcast, The Joe Rogan Experience, generando una fuerte discordia a nivel mundial. Creado en 2009 se ha convertido en uno de los podcast más populares. Ya en octubre de 2015 alcanzó los 16 millones de descargas y audiciones.

Para quien no lo conozcan, Joe Rogan es un cómico estadounidense, exdeportista, comentarista de artes marciales y presentador de podcast, que, al mismo tiempo, produce y realiza películas, programas televisivos y de música. Muchos lo definen como un provocador y un hábil personaje que sabe sacar jugo a los temas más dialécticos. Rogan no está afiliado a ningún partido político, pero tiene opiniones que muchos catalogan como libertarias. Apoyó a Ron Paul en las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2012 y a Gary Johnson en las elecciones presidenciales de los EE. UU. de 2016.

Entre sus múltiples particularidades, Rogan es un defensor de la legalización del cannabis y del uso del LSD, de los hongos de psilocibina y del DMT, experiencias que bajo control recomienda para la exploración y mejora de los estados de la conciencia. También es un ávido cazador y forma parte del movimiento norteamericano denominado Come lo que matas, que intenta alejarse de la ganadería industrial y del maltrato de los animales criados para alimento.

Por si parece poco, se opone a la circuncisión infantil rutinaria afirmando que faltan pruebas científicas sobre los beneficios de esta práctica, la cual no considera diferente a la mutilación genital femenina. También tiene un interés especial en la privación sensorial y en el uso de tanques de aislamiento para la meditación. Según comenta le han ayudado a explorar la naturaleza de la conciencia y a mejorar el rendimiento en diversas actividades físicas y mentales y de bienestar general.

¿QUÉ DICE EL PODCAST DE ROGAN EN SPOTIFY?

Todo empezó con la entrevista que hizo Rogan al Dr. Robert Malone. En ella ambos expresaron sus dudas acerca de la vacunación contra el COVID. En el podcast se afirmaba que las personas están siendo hipnotizadas para que acepten las vacunas y las mascarillas, calificando la situación de psicosis de formación masiva. La comunidad científica no tardó en responder de forma rotunda a través de una carta a Spotify donde entre otras cosas expresaba: «al permitir la propagación de aseveraciones falsas y dañinas para la sociedad, Spotify está provocando una desconfianza por parte del público en la investigación científica».

¿QUÉ PUEDE ESPERARSE DE TODO ESTE ENJAMBRE POLÉMICO?

De momento, el boicot iniciado por Neil Young, artista que siempre está en permanente choque contra diversos aspectos de la industria musical, ha logrado su doble objetivo: la disculpa de Joe Rogan y provocar un cambio en la política de contenidos de Spotify, un gigante empresarial que vale casi lo mismo que BBVA y el doble que Repsol.

Según han comentado los altos dirigentes de Spotify: «A partir de ahora, cualquiera de los espacios donde se comente el COVID contará con una serie de medidas para evitar la propagación de desinformación relacionada con la pandemia. Entre ellas, la inclusión de un aviso en aquellos podcast donde se hable sobre la COVID o las vacunas recomendando visitar las webs oficiales donde existe información contrastada sobre la enfermedad. También se facilitarán herramientas para creadores que pueden crear conciencia sobre lo que es aceptable o no».

El propio Rogan, aparte de disculparse, también ha sido claro sobre el tema: «A partir de ahora, estoy interesado en averiguar cuál es la verdad, y por tanto a tener conversaciones interesantes con personas que tienen opiniones diferentes. No me interesa hablar solo con personas que tengan una perspectiva».

¿QUÉ PUEDE PASAR A PARTIR DE AHORA?

Al margen de lo descrito, la posición de Spotify ha sido muy concisa, sobre todo teniendo en cuenta ciertos parámetros. Desde hace un tiempo, Spotify ha apostado muy intensamente por los podcasts en los cuales ha invertido mucho esfuerzo lo que le ha llevado a ganar mucho dinero y a posicionarse como líder en el reñido campo de la tecnología streaming. En estos momentos posee ya una oferta muy amplia de que va dirigida a un target de 365 millones de usuarios. Algunos de estos podcasts han suscitado controversias, especialmente aquellos que se han referido a temáticas políticas, de acoso sexual, transgénero y pandemia. Eso también genera gran audiencia.

Sin embargo, Spotify no cree que la compañía tenga responsabilidad editorial sobre lo que se dice en sus podcasts. Para ello, hizo una comparación directa con la música Rap: «También tenemos muchos raperos muy bien pagados en Spotify, que ganan decenas de millones de dólares cada año y no dictamos lo que ponen o deben poner en sus canciones». No cabe duda de que es cierto que el servicio de streaming no puede ser responsable de las letras de las canciones, aunque también es cierto que el modelo de negocio de los podcasts es diferente al musical. 

Ahora bien, rápidamente salta la duda … ¿si la música y los podcasts son negocios desemejantes en una misma plataforma, ¿también debe ser diferente la responsabilidad de los mismos? La respuesta no es fácil, y las respuestas traerán puntos de vista divergentes y contrapuestos. Nunca llueve por igual en todas partes. Con lo cual volvemos a la pregunta clave del principio … ¿Dónde están los límites de la libertad de expresión, de la información y de la desinformación y más cuando se relacionan con modelos de negocio multimillonarios? 


Texto Carlos Flaqué Monllonch

jueves, 18 de noviembre de 2021

CRÍTICA DISCOGRÁFICA: DAVE GAHAN & SOULSAVERS - "IMPOSTER"

Los años no pasan fortuitamente y con el paso del tiempo todo se acomoda. La rutina y el cansancio aparecen dejando aflorar una huella que amenaza lo que parecía imperecedero. Cuando esto ocurre, se pierde la frescura que permite marcar la diferencia. Entonces no queda otra que cambiar de dirección. Es el camino a seguir para hacer otras cosas. Probablemente es lo que quiso reflejar tiempo atrás Dave Gahan cuando afirmó en el diario El Confidencial: Si escoges hacer siempre lo mismo, día tras otro, la existencia se convierte en algo excesivamente seguro y acomodado. Depeche Mode se ha vuelto una banda excesivamente cómoda. Salir de ella ayuda a regresar, a tomar otras direcciones. Con Soulsavers se ha creado esa nueva química que permite experimentar cosas nuevas.

Imposter es una palabra inglesa que traducida al castellano, significa Impostor. La RAE define el vocablo como la persona que se atribuye falsamente algo, que finge o engaña con apariencia de verdad o suplanta a otro haciéndose pasar por quien no es. Curiosamente esta palabra es la que utiliza Gahan y Soulsavers (los salvadores del alma) para dar forma a su nuevo trabajo.

Es por ello que Imposter a simple vista parece un título muy fuerte para designar un disco de versiones, sin embargo, hay que entender ese título con matices. En primer lugar, se trata de un trabajo de canciones no propias pero que son interpretadas por otro (Dave Gahan) en su propio estilo. En segundo lugar, son temas que representan una parte de su vida que queda reflejada en esa selección de temas. Y, en tercer lugar, el disco es un testimonio directo de lo que en Psicología se conoce como Síndrome del Impostor, un fenómeno que ha acompañado al inconsciente de Dave durante mucho tiempo por haber sido el intérprete vocal de otros compositores, como Martin Gore, el principal creador de los las canciones de Depeche Mode. Respecto a eso, Gahan lo dejó muy claro en la revista Rolling Stone:

Durante mucho tiempo me he sentido un impostor. Siempre he sentido que no pertenezco. Creo que eso es algo que todos sentimos en algún momento de nuestras vidas. Ahora no me molesta sentirme así pero creo que cuando era más joven me era muy difícil navegar el camino para sentir que podía pertenecer. Ahora me cuesta mucho menos porque entiendo que todos luchamos para sentirnos amados, aceptados y ver que pertenecemos a algún lado o alguien. Es una yuxtaposición entre quien soy en mi vida cotidiana y quién soy como artista. 

Partiendo de esto vemos que todo queda entrelazado dentro de una catarsis de temas muy escogidos y que hacen aflorar los propios fantasmas que han atizado la vida de Gahan a lo largo de los años. Son canciones que reinterpretadas por el propio protagonista se envuelven a través del sonido de esos salvadores del alma Soulsavers. La meta consiste pues en liberarse de ese Síndrome del Impostor y renacer como autor propio libre de fantasmas, una sensación que ha reafirmado para Variety:

He estado actuando en escenarios durante muchos frente a la gente, y ha habido muchas ocasiones en las que no es del todo cómodo y en las que me he sentido como un impostor (…) Como cantante e intérprete, siempre trato de llegar al punto en el que ya no me importa lo que piense, solo estoy actuando y cantando una canción (…) Creo que esto es cierto para muchos artistas. Actuar siempre ha sido una gran parte de mi vida, pero muchas veces lo cuestiono. ¿De verdad soy yo? ¿Eso es lo que soy? ¿Eso es lo que hago? ¿O es una especie de disfraz? 

Visto esto, Imposter es el tercer álbum en solitario de Dave Gahan y un claro sucesor de anteriores trabajos como The Light The Dead See (2012) y Angels & Goshts (2015), ambos creados también con la colaboración de Soulsavers, la nueva formación que acompaña a Dave en sus discos en solitario. Esta formación estadounidense está compuesta por Rich Machin e Ian Glover cuyo sonido electrónico downtempo se fusiona con influencias de rockgospelsoul y country, una mixtura completa que da forma sónica a los nuevos proyectos de Gahan.

Como arquitectura sonora, Imposter se compone de diversas versiones que en su día fueron popularizadas por artistas de la talla de Cat PowerAretha FranklinNeil YoungPj HarveyBob DylanGene ClarkMark LaneganLinda RonstadtElvis CostelloNina SimoneJeff BuckleyNat King ColeSammy Davis JrJudy GarlandMichael JacksonElvis PresleyWillie Nelson y Pet Shop Boys, entre algunos más.

El álbum fue grabado en los estudios Shangri-La de Malibú (California, Estados Unidos) durante noviembre de 2019. Se trata de un disco que anhela transmitir una parte muy personal de la historia de Dave Gahan, y que recoge los diversos momentos que ha vivido consigo mismo y en sus relaciones con otras personas. Todo ello queda expresado mediante el sentimiento de la voz y con un repertorio de canciones que han sido muy significativas para Gahan. Así lo define él con sus propias palabras: 

Son temas que han marcado mi vida y a día de hoy siguen emocionándome. Cuando las escucho a través de sus voces originales, me impresiona la forma en que las cantan e interpretan, cómo expresan esas palabras que pronuncian. Me identifico con eso. No hay un solo intérprete en el disco que no me haya seducido. Espero que otras personas tengan esa sensibilidad tan especial, sobre todo esa gente que ama la música y lo ha hecho durante años.

El disco ha salido a la luz bajo los formatos de vinilo, CD y digital de la mano del sello discográfico Columbia. Se compone de 12 temas, cuidadosamente seleccionados. En ellos se mezclan varios estilos y períodos de tiempo, remarcando la voz como eje principal de las composiciones y de su estado expresivo personal, tal como bien expresan sus palabras:

La voz, como instrumento, puede ser una de las herramientas más expresivas para contar las experiencias propias, y generar atmósferas con un carácter particular. A lo largo de los años me he dado cuenta que mi manera de usar la voz ha cambiado. Ahora la utilizo para expresar algo muy profundo de mí, que no puedo expresar de otra forma. Por ejemplo, siento que existe una conexión muy íntima entre mi voz y las de estos artistas de los que he tomado prestadas sus canciones. Surgen de un lugar muy profundo que me sirve para expresarme de manera única y muy personal.

Imposter se basa en eso, en el uso de la voz como máximo tributo expresivo del alma, y como canal lírico donde los sentimientos adquieren una forma específica a través de la ola sónica que emana de la garganta de Dave y de los instrumentos de la banda. En consecuencia, conviene valorar estas canciones desde esta óptica.

El disco arranca sorpresivamente con The Dark End Of The Streetun clásico tema de 1965 compuesto por el dueto Chips Moman & Dan Penn, y que a lo largo de los años ha sido versionado por múltiples artistas como James CarrAretha FranklinJoe TexPercy SledgeDolly PartonRy CooderLinda RonstadtFlying Burrito BrothersElvis CostelloCat Power, entre muchos más. Un tema vestido bajo la forma clásica del sonido deep soul sureño, un tipo de música que surgió del sur de los Estados Unidos a partir de una combinación de estilos, como el blues, el country, el R&B temprano y una fuerte influencia del gospel que emanaba de los sonidos de las iglesias negras del sur. El mensaje de la canción narra la expiación del mal que hemos causado y que precisa ser redimido a través del amor: Escondidos en las sombras donde no pertenecemos / Viviendo en la oscuridad para esconder nuestro mal / Sabes que el tiempo va a pasar factura / Tenemos que pagar por el amor que robamos / Huyamos al final oscuro de la calle 

El siguiente tema, Strange Religion, sigue una cadencia de corte espiritual y quizás menos rock que la original (2004) de Mark Lanegan que sin duda es más agreste en cuanto a voz y más intensa en cuanto a ritmo. Lanegan es uno de los cantantes más raros que hay hoy en día. Esta versión de Gahan muestra un lado sensitivo y diferencial en cuanto a registro vocal e instrumentación usada. La letra es una mezcolanza de pensamientos que aparecen dejando un claro mensaje: Le puse en las manos un poco de dinero de mi propio bolsillo / pero lo tiró a la basura / se quedó mirando el pasado con sus ojos cicatrizados / Ahora sé que no hay un camino fácil 

Seguidamente entramos con Lilac Wine, canción original de James Shelton en 1950 y popularizada en diferentes tiempos por Nina Simone (1966), Jeff Buckley (2008) y Miley Cyrus (2012). En 2010 apareció en el álbum de Jeff BeckEmotion & Commotion, con la voz de Imelda May. El tema fue utilizado también en la película francesa Tell No One (2008). Musicalmente la canción es muy interesante, con detalles sonoros de extrema calidez y suavidad, pero lo más excelso es el registro vocal de Gahan que roza cotas de máxima sensibilidad y calidad. La letra tiene fragmentos que inducen a reflexionar: Cuando pienso más de lo que quiero pensar / Hago cosas que nunca debería hacer / Bebo mucho más de lo que debería beber / Porque todo me trae de vuelta a ti 

Con I Held My Baby Last Nightcuarto corte del álbum, alcanzamos el ímpetu sonoro a ritmo de un blues cacofónico y electrizante, con distorsión guitarrística, batería ecográfica y furor vocal. El tema viene del original de Jules Bihari & Elmore James (1952) que posteriormente fue popularizado por Fleetwood Mac. Líricamente la letra no es destacable en cuanto a mensaje existencial, pero habla de ese amor que se siente cuando uno está enamorado a pesar de los problemas que dicho amor conlleva: Ella se despertó temprano en la mañana / Todo lo que va a hacer es alboroto y lucha / Sabes que te amo nena / y sabes que todo tu amor es gratis 

A Man Needs A Maid (Un hombre necesita una sirvienta) es un temazo escrito y compuesto originalmente por el incombustible Neil Young en 1972 y que forma parte de su álbum Harvest. Aquí la letra ya adquiere una dimensión más profunda y con cierta ironía hacia lo que representa el patriarcado y la servidumbre: Mi vida está cambiando de muchas maneras / y no sé en quién confiar / Hay una sombra corriendo a través de mis días / Como un mendigo de puerta a puerta Musical y vocalmente es un tema muy logrado. Los arreglos sonoros son supremos y la voz de Gahan adquiere notas altas, medias y bajas que superan con creces la voz original de Young. Sin duda, un tema suave pero sónicamente muy potente.

Metal Heart (Cat Power, 1998) es uno de mis pistas predilectas. Simple pero hábilmente calibrada a través de un ritmo marcado y una voz suprema que, poco a poco, va acelerándose dentro de un carrusel que gira y asciende hasta el firmamento. Los coros dan un toque divino y celestial al tema. La letra contiene fragmentos relevantes como Estás perdiendo todo aquello que estabas fingiendo / Cose tu fortuna en una cuerda / Estaba ciego, pero ahora lo veo todo / Corazón de meta / no vales nada / No hay pasado ni mañana / Solo tesoros para guardar …

Shut Me Down es otra de las que elijo dentro de las preferidasbien por su cadencia como el estilo de voz que emplea Dave, diferente a los temas oídos hasta el momento. La canción fue compuesta por Rowland S. Howard en 2009, un músico australiano de post-punk, quien fue guitarrista de las primeras bandas de Nick Cave y posteriormente de la como parte integrante de la banda The Queen Of The Stone Age. Está considerado como uno de los guitarristas más influyentes de Australia. Letrísticamente destaca el fragmento que dice: Estoy de pie dentro de un traje / entrecortado con mis nervios / ¿Vale la pena ese odio que escupieron sobre mí desde el cielo? / Ahora la noche es tan profunda que podría tropezar y ahogarme 

Where My Love Lies Asleep (Gene Clark, 1971), es un corte que me recuerda en cierta manera a la canción Mother de Pink Floyd (The Wall). Incluso el toque de órgano al estilo de Richard Wright, así como parte de la letra, no dejan dudas: Donde mi amor duerme / No hay cadenas para su espíritu / Mientras se entra por la puerta / de los sueños flotando libremente 

Smile de Charles Chaplin, John Turner & Geoffrey Parsons (1954) y versionada por Nat King ColeSammy Davis Jr., Judy Garland y Michael Jackson, es para mí la obra maestra del álbum. Ese toque background de piano de cola y contrabajo excelso, junto a la exquisita voz de Gahan que matiza con extrema elegancia retro, te lleva a esos tiempos vintage de los míticos 40/50. Textos como ¿De qué sirve llorar? / Descubrirás que la vida todavía vale la pena / Si solo sonríes.

Desperate Kingdom Of Love a pesar de ser compuesta por PJ Harvey en 2004, es una pista que adquiere un estilo tonal muy a los años 50, sobre todo en cuanto a sonoridad. La voz refleja esa legendaria época donde el rock and roll, los autocines y los rebeldes sin causa, marcaban a la juventud de aquel entonces. Las letras son las que más se ajustan a ese Síndrome del Impostor que hablamos al principio: Eras un niño enfermizo / y el viento te derribó / El agua bendita no puede ayudarte ahora / ni tus ojos misteriosos no pueden hacerlo / Vender tu razón no te llevará a través de / los desesperados reino del amor / Hay otro que mira / Desde detrás de tus ojos / Aprendo de ti cómo esconderme / del desesperado reino del amor …s cuenta Dylan

Not Dark Yetes un tema escrito por Bob Dylan y que forma parte de su álbum, Time Out of Mind, de 1997. Es una buena versión cuya vozsupera con creces la prueba de versionar al gran DylanTodavía estás a tiempo de despertar porque todavía no es oscuro. Así nos lo cuenta Bob Dave, cada uno desde su ángulo musical y voz propios. Se percibe, asimismo, esa posición ideológica donde Dylan marca esa necesidad de cambiar para evitar caer por la alcantarilla: Las sombras están cayendo (…) Y el tiempo se está acabando / Siento que mi alma se ha convertido en acero / Todavía tengo las cicatrices / que el sol no sanó / Bueno, mi sentido de la humanidad ha ido por el desagüe 

Y finalmente llegamos al cierre del álbum con Always On My Mind, tema original de John Lee Christopher Jr., Mark James & Wayne Thompson (1972). Un tema clásico que ha sido versionado por autores muy dispares como por Elvis PresleyWillie Nelson y Pet Shop Boys, entre otros. No cabe duda de que es un tema donde se habla del amor una vez más, valor muy presente a lo largo del disco en sus distintas formas de manifestación: Hay pequeñas cosas que debería haber dicho y hecho / sólo que nunca se tomaron su tiempo / Tal vez no te abracé / Todos esos momentos solitarios y solitarios / Y supongo que nunca te dije que estoy tan feliz de que seas mía …

Concluyendo… Imposter es un álbum de versiones elegidas por Dave Gahan y que le han marcado por diversos motivos a lo largo de su vida. No estamos ante un disco clásico de covers. Como tal no aporta nada novedoso, pero en líneas generales es un buen trabajo, aunque a veces resulte algo plano y sobre todo lento. Quizás se echan en falta algunas canciones con mayor énfasis a fin de encajar mejor su concepto y equilibrio la globalidad del álbum global.

A pesar de ello, el disco tiene muchos puntos fuertes y uno de ellos, el más intenso, es el juego que hace Dave Gahan con su voz, que sigue siendo especial y suprema. Unos registros vocales que se esfuerzan al máximo por desmarcarse de Depeche Mode, reto que consigue gracias al gran sonido de Soulsavers. Dentro del álbum destaco como temas excepcionales como SmileMetal HeartStrange Religion Shut Me Down, aunque también enfatizo la originalidad blusera de I Held My Baby Last Night con sus metálicos y desgarradores registros.

En definitiva, la primera vez que oyes Imposter te quedas impávido, pero a base de oírlo varias veces vas encontrando matices y fluctuaciones que sorprenden y ayudan a una mejor comprensión y valoración. Es un disco triste, íntimo, de vuelta atrás y renacimiento, donde la dinámica slow se alza como la esencia y motor de ese supuesto “impostor”, tal como declaró en La VanguardiaDurante años me he sentido como un impostor.

No hay duda pues de que Imposter es un trabajo cuya finalidad existencial es la de acoger cada canción bajo una exquisita sensibilidad terapéutica, a través de una depurada selección temática que el artista ha elegido minuciosamente como parte integrante de sí mismo, brindando con ello una traslación magnífica que, en algunios casos, sobrepasa incluso la canción original o sus otras versiones. En consecuencia, detrás de cada sonido, de cada palabra, en el Impostor existe un conglomerado vivaz de sentimientos y recuerdos, de significados y experiencias que hablan del amor, de la pertenencia, de la sabiduría, de la redención, del perdón, y de la esperanza. Todo este complejo racimo emocional va más allá de la pura canción de versiones, un alternativa muchas veces dificil de lograr. 

Como indicó el propio Gahan en ClashMusicImposter es un álbum de vulnerabilidades extremas, donde se revelan las ansiedades más íntimas. No creo que hubiera podido hacer esto sin Soulsavers. Realmente no creo que hubiera podido cantar estas canciones, con mi propia voz, hace veinte o treinta años.


Texto de Carlos Flaqué Monllonch (KarlFM)

Imágenes de archivo 

miércoles, 3 de noviembre de 2021

CRÍTICA DISCOGRAFICA: THE WAR ON DRUGS – "I DON’T LIVE HERE ANYMORE"



The War on Drugs - Foto: Shawn Brackbill

Dicen que por muy largo que sea un camino, lo más importante es dar el primer paso. Así es como The War on The Drugs ha entendido el concepto global de este nuevo álbum, I Don’t Live Here Anymore (Ya no vivo aquí), quinto de la banda norteamericana de Filadelfia y que trata de buscar todo aquello que vivimos y perdemos mientras caminamos por la vida.

Lejos queda ya su anterior trabajo, Deeper Understanding, que supuso en 2017 un Grammy para la formación de Adam Granduciel. Ahora, The War on Drugs ha vuelto a la escena por todo lo alto, después de haber permanecido en silencio casi 3 largos años.

No cabe duda de que este descanso ha merecido la pena ya que la formación se ha consagrado plenamente en la elaboración de su nuevo trabajo. Su esfuerzo ha supuesto recorrer un largo camino entre una docena de estudios distintos, desde Nueva York hasta Los Ángeles, convirtiendo I Don’t Live Here Anymore en el mejor disco de la banda, por su majestuosidad y por generar una tranquilidad armónica en medio de un mundo colapsado.

Frases como Quizás nací en el día equivocado o La vida se está muriendo a cámara lenta son flashes geniales de algunas letras que sacuden el alma y la conducen al rincón del pensamiento. Estamos pues ante un trabajo muy elaborado, que no deja detalle sin justificar. Todo está ampliamente equilibrado y compuesto, siguiendo la linea de su trabajo antecesor, pero ésta vez con mayor depuración estilística, ofreciendo como efecto un paso más hacia la suprema madurez de la banda. Música y textos confluyen en un depurado núcleo diamantino.

Es un trabajo selecto y comercial que destila armonías y letras que reflejan esos viajes existenciales en busca del sentido por vivir, tal como queda reflejado en la cubierta del álbum y en cierta parte del tema Harmonia’s Dream: Estoy sobre una ola rodante / que se mueve a través de la línea / ¿Estoy perdiendo mi fe? / Voy a perderla con el tiempo.

El propio Adam Granduciel, líder de la banda, comentó en una entrevista realizada a New York Times, que el acto de escribir canciones viene determinado desde dentro, cuando el autor descubre sus puntos fuertes o caídos, y dentro de ese proceso evita, día a día, que la vida se convierta en una línea plana, aburrida y sin sentido. Escribir es, en consecuencia, un acto creador por donde el autor se retroalimenta de todo lo que vive y siente, sin olvidar esos estados que le generan cambios, miedos, desgastes, alegrías y añoranzas, como el paso del tiempo, el nacimiento de un hijo, la merma de la fe, el quebranto del amor, la pérdida de amigos, la llegada de la vejez o el adiós de los seres queridos, etc. 

I Don’t Live Here Anymore es álbum que ha visto la luz gracias a Atlantic Records. Se compone de diez temas que siguen una línea evolutiva pero constante, con marcadas diferencias rítmicas que combinan entre sí, generando composiciones alegres, melodías de medio tono y parajes atmosféricamente suaves, algunas con sabor a lo Bob Dylan, Tom Petty and the Heartbreakers o Bruce Springsteen.

Estamos, por tanto, frente un disco intimista, que rasga las cortinas de la espiritualidad y el existencialismo a merced de un precepto narrativo incuestionable, cuya catarsis radica en aprender a vivir en un mundo que, al margen de ilusionarnos, nos quita, agita y derrite como plásticos dentro de un fuego candente. Al mismo tiempo, el álbum es un punto de inflexión hacia un sonido más estructurado, más fino y elegante, que se viste de arreglos complejos para tejer un ágil acto final de equilibrio estilístico y repleto de paisajes sonoros experimentales.

El disco arranca con Living Proof, un tema suave como el nacimiento del día. Es una armoniosa melodía de corte dylaniano y que lentamente va ascendiendo hacia su propia eclosión. La letra es un claro mensaje de ese caminar por la vida donde se hallan cosas y se pierden otras, muchas de ellas irrecuperables: Tal vez me haya ido demasiado tiempo y ahora no puedo regresar.

Llegamos a Harmonia’s Dream, todo un temazo para montarse en un descapotable y cruzar cientos de kilómetros mientras el aire refresca la piel y el sol abrasa como un rayo. Es como buscar el sueño de la armonía mientras todo se mueve a tu alrededor: Eres un fantasma en blanco y negro / una silueta en azul y verde / dentro de una ola rodante que se mueve a través de la línea / Avanzar es el único camino de regreso para llegar a tiempo.

Entramos con Change, un claro retorno a los tiempos juveniles de Bob Dylan, cuando en el seno de la sociedad se cocía la ruptura del conservadurismo y el deseo de nuevas libertades. La búsqueda de la propia identidad y del sentido de la vida eran lemas entre muchos jóvenes de la época y así lo refleja Granduciel en la letra: He vivido huyendo, porque no pude encontrar lo que nos sostiene y nos ata al tiempo / Tal vez nací demasiado tarde para esta lucha por la libertad solitaria / Tal vez nací en el camino equivocado / Pero finalmente descubrí el duro camino para hacer el cambio. Musicalmente es un tema muy bien elaborado donde destaca especialmente el fino punteo de guitarra hacia el final y que da paso a un dulce tecleo que poco a poco va desvaneciéndose en los oídos.

La tercera pista del disco, I Don’t Wanna Wait es un punto y aparte en esta búsqueda de uno mismo. Un cambio de estilo con arreglos electrónicos muy delicados. Los punteos de guitarra son de una excelsa maestría, una arquitectura delicada que cruza el fondo musical como esas estrellas fugaces que viajan por el universo. Sus textos hablan de la pérdida de uno mismo y de la ruptura de esos lazos que nos unen a los amigos: Se me acaba el tiempo / Me perdí en la oscuridad / Pensé que llegaría a algún lado / Pero lentamente me desconecté de mi mejor amigo.

Victim, es otra de las maravillas del álbum. Contiene frases que te dejan pasmado como una figura de cera: Recuerdo haber caminado por los campos de vidrio / Recuerdo la oscuridad en lo alto / Cariño, soy víctima de mi propio deseo / No puedo cambiarlo / ¿Debo seguir moviéndome? Musicalmente las notas de guitarra que surgen a mitad del tema son como lamentos dolorosos y cortantes, cristales sónicos que despedazan los pies mientras se anda por las grietas de la vida. Al fin y al cabo, todos somo víctimas de nuestros propios deseos y actos.

Dejamos ese dolor existencial para llegar a I Don’t Live Here Anymore, el tema que, a su vez, titula el disco. Empieza con un sonido a lo Simple Minds y prosigue a lo Tom Petty. Las voces están hábilmente calibradas. Es un tema suave que se inspira en el desamor que padecemos cuando nos separamos de alguien a quien amamos y caemos en la tortura emocional: Estaba acostado en mi cama / Era una criatura sin forma / He tenido tanto miedo de todo / Ahora lo que necesito es una oportunidad para renacer / Aunque te hayas llevado todo lo que necesito/ Te llevaré al lugar al que necesito ir / Todos simplemente caminamos a través de esta oscuridad.

Old Skin, como su nombre ya indica, es una apología al tiempo humano, a ese lapso que nos consume lentamente como personas físicas y emocionales. La piel se agrieta y deja ver el peso de la huella, de lo que se ha vivido y llorado, deseado y perdido: Nací en una pirámide / Junto a una vieja interestatal / Estuve en el jardín trabajando toda mi vida / Para seguir el sueño de mi padre / Para luego verlo desvanecer envuelto en esa vieja piel cansada. En definitiva, una pista que desgarra el corazón.

Wasted es otro temazo y uno de los que más me impactan. Bajo una mezcla de sonido Springsteen Petty da esa energía que no te permite parar en ningún momento. Es un constante frenesí que solo se detiene cuando finaliza la canción. Es el tema perfecto para escuchar a todo volumen y levantar los ánimos después de haber deneigerido toda esa frustración emocional que hemos ido arrastrando: Estamos atados a las cosas que no podemos controlar / Pero nuestras vidas se desconectan demasiado pronto / Necesito un sueño / Un lugar para correr y esconderme / Como una niebla matutina a la deriva.

Con Rings Around My Father’s Eyes, nos adentramos una vez más en el sonido Dylan, esa cadencia rítmica que enamoró a toda una generación y sigue aportando un legado imperecedero. Es un retorno a ese pasado que ya no existe y un marcado recuerdo de lo que ya está desapareciendo: Nunca supe realmente en qué dirección me estoy enfrentando / Pero siento que algo ha cambiado / Hay una tormenta afuera y mis paredes están envejeciendo / Están volviendo a caer de la manera más difícil.

El disco se cierra con Occasional Rain, Es la pista idónea para dar fin a esa sinfonía emocional que es I Don’t Live Here AnymoreEn la boca del control / Llévame hacia abajo donde el río se desvía / Donde fluye fuera de las líneas / Donde es desarmado y tirado / Ahora finalmente me siento libre. Al fin y al cabo, la canción viene a decir que todo termina de una manera u otra. Somos ocasionales, como la lluvia que cae de vez en cuando y que es necesaria para mantener el frescor de la vida.

Concluyendo, I Don’t Live Here Anymore es un pedazo de álbum, lleno de historias y emociones que se cruzan bajo distintas formas de sonido y letras. Representa en su conjunto una arquitectura sónica que no puede dejar a nadie indiferente. Porque todos andamos por el camino de la vida y aunque recorramos senderos particulares, todos atravesamos umbrales de satisfacciones y lamentos, de encuentros y pérdidas. Los caminos están para todos, cierto, pero nadie encuentra su camino sin haberse perdido antes varias veces. Lamentablemente algunos de esos caminos se detienen antes de tiempo.

Como decía Hermann Hesse en su obra Demian, la vida de cada ser humano es un camino hacia sí mismo, el intento de una senda, el esbozo de un sendero. Y solo sabemos que estamos en el camino correcto cuando no sentimos la necesidad de mirar atrás. Es lo que trata de decirnos The War On Drugs con su nuevo álbum y que el gran escritor de la Beat GenerationJack Kerouac, materializó en su legendaria novela En el CaminoNuestras maletas maltrechas están apiladas en la acera. Tenemos mucho que recorrer, pero no importa. El camino es la vida y donde existe un sueño hay un camino que recorrer.

Carlos Flaqué Monllonch (KarlFM)

Articulo original publicado en Crazyminds

domingo, 10 de octubre de 2021

CRÍTICA DISCOGRÁFICA: "DUNE" - HANS ZIMMER

Hubo un tiempo en que los hombres dedicaban su pensamiento a las máquinas, con la esperanza de que ellas les harían libres. Pero esto solo permitió que otros hombres con
máquinas les esclavizaran

Frank Herbert (Dune, 1965)

Dune es un film dirigido por Denis Villeneuve, basado en la adaptación de la primera novela de ciencia ficción de Frank Herbert. Gracias a ella, obtuvo los premios Hugo y Nebula y el Premio Internacional de Fantasía que compartió con El señor de las moscas de William Golding. Gran parte de la obra de Herbert refleja su interés por la ecología y la psicología, entre otras disciplinas. La película ha sido definida por la gran mayoría de la crítica como uno de los mejores films de ciencia ficción realizados hasta la hecha y el blockbuster de autor más categórico de este siglo.

Literariamente hablando, cabe decir que Dune es la novela de Sci-Fi más vendida de todos los tiempos (más de 12 millones de ejemplares) y el primer libro de una larga saga que consta de 6 novelas, y cuyo orden de lectura es Dune (1965), El mesías de Dune (1969),los Hijos de Dune (1976), Dios emperador de Dune (1981), Herejes de Dune (1984) y Casa Capitular de Dune (1985), cuya totalidad conforma las llamadas Crónicas de Dune, saga considerada una referencia internacional entre los grandes clásicos del género. Dicho esto, vamos directos a la BSO del film.

La música que amalgama toda la estructura de Dune es una autentica maravilla, da soporte a toda la historia gráfica del film y genera una atmosfera tan profunda que deja al espectador completamente abducido. Fue lanzada digitalmente a través del sello discográfico Water Tower Music y contiene 22 pistas que fueron producidas mediante la tecnología Dolby Atmos Music, un revolucionario sistema sónico en 3D que permite ir más allá del film, aportando una tercera dimensión que eriza la piel de los espectadores.

Estamos pues ante un sonido que penetra a través de los sentidos, por cada poro de la piel, y se incrusta en el cerebro como los tentáculos de un pulpo con su presa. Sin duda, es una experiencia de obligada visión en pantalla grande a fin de dejarse arrastrar por su profunda inmensidad.  Pero la música global de Dune no solo abarca un álbum. De hecho, la banda sonora está disponible en tres versiones diferentes:

The Dune Sketchbook (Music from the Soundtrack): Es un trabajo que incluye las exploraciones musicales prolongadas y envolventes de la obra musical del film. Está disponible en soporte estándar y Dolby Atmos Music. Consta de solo nueve temas, pero de larga duración, repletos de efectismos, voces de ultramundo, recursos y armonías disonantes, contrapuntos, sobresaltos, notas bajas y altas, pausas y silencios, zumbidos sonoros y lejanías evolutivas, que confluyen entre sí para ir tejiendo atmosferas insólitas y opresivas. Sin duda, se trata de una arquitectura experimental más propia de otro mundo que del nuestro, y que reencarna a la perfección la esencia de la novela de Herbert. Todo el álbum es una evolución sónica que se cuece a fuego lento dentro del horno anímico del espectador hasta abrasarlo con su frenética sonoridad.

Dune (Original Motion Picture Soundtrack): Presenta la película Dune del compositor. estando disponible en configuraciones estándar y Dolby Atmos Music. Y es la banda sonora que nos ocupa aquí principalmente.

The Art and Soul of Dune: Es la música que acompaña al libro del mismo título y ofrece versiones únicas de los temas principales de la película. Zimmer las ha recopilado para acompañar al lector en su viaje a través de un libro visualmente deslumbrante escrito por la productora ejecutiva de la película, Tanya Lapointe. Está disponible en dos versiones, la estándar y la exclusiva y limitada para los más fanáticos de Dune. La versión estándar puede obtenerse en Amazon, pero la edición limitada solo se puede comprar en Insight Editions.

Dune BSO es una obra maestra que hace honor a su grandeza, 1 hora y 14 segundos de arquitectura sónica que te sumerge en una ensoñación musical y efectista que visualiza las sensaciones que producen las imágenes de las vastas dunas, las tormentas de arena, las voces misteriosas, los golpes sónicos repentinos, los gusanos colosales y las fuerzas estelares de macromagnitud inconmensurable. Para disfrutar de todo este espectáculo es imprescindible escuchar la banda sonora en equipos de alta calidad y con volumen. El cuerpo se encoge y el alma se dilata hasta límites insospechados. Analicemos a continuación los temas que configuran el álbum.

Dream of Arrakis es la pista que abre el mundo de Dune y lo hace con un sonido lejano de algo ignoto que se aproxima. De repente irrumpe una oleada frenética de tonos electrónicos y percusivos que, a modo de latidos cada vez más acelerados, terminan por evocar las sensaciones hacia un destino desconocido. Frecuencias lejanas como los aullidos de una masa gigantesca de elefantes, aúlla en el confín del planeta. A ello se le fusionan terribles voces generando una coral infernal que auspicia un mal sueño.

Herald of the change, es un tema suave que ofrece una calma engañosa. Sus notas creciendo como la raíz que emerge de las profundidades en busca de su propio resplandor de luz necesario para su supervivencia. Es el nacimiento de lo que vendrá. Poco a poco se va transformando en un planeamiento atmosférico que irradia temor y mucha inquietud.

Acto seguido, llegamos a la oscuridad de Bene Gesserit, que describe la magia negra de lo mental, de los espíritus cuya fuerza es atroz. Un ambiente denso y vaporoso en negro cae sobre el espectador y lo pone al borde del abismo. Hacia el final llega un momento que se apodera de tu corazón a causa de un tremendo sobresalto

Es el instante tenso del Gom Jabbar, el rito entre la vida y la muerte, donde la caja del dolor y una aguja de punta venenosa te fulminan si sucumbes a la prueba. Los cantos de las brujas impregnan la atmósfera e inician una invocación ancestral a las fuerzas oscuras. La piel se te pone de gallina. Son dos minutos de auténtico pavor y la música es la responsable de este tormento emocional.

Superada la prueba, aparece The One, algo así como El Elegido o el Kwisatz Haderach, el que está en todas partes, clave de la historia de Dune. Es un tema que nos devuelve la paz y la esperanza y que anuncia la posible llegada de algo profético no sin antes advertir de la aparición de muchas cosas malsanas.

De repente, llegamos a puerto con Leaving Caladan, que nos transporta a la grandiosidad elegante del planeta Caladan, hogar de los Atreides. Denota fuerza, poder, equilibrio, grandiosidad. Las percusiones y los fondos electrónicos ofrecen una cadencia brutal y nostálgica a la vez, como un éxodo que huele a traición. Es un tema muy corto pero muy poderoso.

Arrakeen es el planeta de las dunas y la especie. El tema de entrada ya genera una tremenda tensión con sus tambores y un latido de corazón que se acelera hasta fundirse en el sonido de los ornitópteros (helicópteros con forma de libélulas).

Ripples in the sand es el reflejo del puro desierto y de su dinámica, de sus ondulaciones y arena, de sus fuerzas y peligros. Cinco minutos de viaje por un entorno espeluznante, la rodeados de mística y la amenaza de monstruosos gusanos de arena. Coros, ritmos extraños, efectismo y potencia electrónica, se conjuran para generar un space amarillento, asfixiante, desolado y duro.


Visions oh Chani, es la armonía de los sueños, de lo inmaterial y etéreo, de las premoniciones, de aquello que aún no está pero que está por venir. Son las escenas donde Zendaya se configura en la mente de Paul Atreides. La música se adhiere como un gigantesco velo que navega por las lagunas del pasado y las advertencias del futuro. Momentos de ensueño, de angustia, incluso de temor. Los efectismos electrónicos se cruzan como flashes intermitentes con instrumentos de viento de madera pensativos, cuerdas suaves y algunas voces bastante misteriosas. Sin duda, un temazo.

Night on Arrakis es la llegada de la helada noche desértica. El calor duerme y el frio se adueña del ambiente. Tranquilidad absoluta, pero en el fondo late la duda y el miedo porque se avecina el mal, la destrucción empañada de conspiración traicionera.

Armada es impresionante. Anuncia acción frenética. Es la irrupción sonora que refleja el poder del Imperio, el dominio de la Cofradía Espacial, de las Casas dúnicas, de sus poderosos ejércitos y armas. Grandilocuencia por todos los costados. Naves ciclópeas y huestes omnipotentes. Es la majestuosa entrada de la malvados enemigos de los Atreides. Traición, maquinaciones, todo huele a ese grito desesperado que se alza temible bajo el sonido ensordecedor de la potencia sublime.

Burning Palms es otro temazo que contiene sonidos que enardecen el alma. Arranca con fuerza a través de metales villanos y alaridos de alarmas que dan paso a esa profundidad majestuosa de golpes mecánicos hasta llegar a un sosiego latente y maligno. Todo queda a atrapado y en suspensión hasta un nuevo alarido como un vaivén electrónico que cruza velozmente el espacio. Un tema sin duda con mucha fuerza y desgarro sonoro. El final es tremendo.

Stranded es como una pausa ante lo que va a venir, un aviso, un punto de aire y reflexión. Como su nombre indica empieza con notas bajas, en flotación ingrávida. Es como si todo hubiera quedado inmóvil, atrapado en el espacio/tiempo, sin posibilidad de desplazarse. Es un momento congelado de duda ante la gran amenaza. Huele a pugna, a enfrentamiento y al hedor de la sangre.

Blood for Blood es el punto álgido del duelo, el preliminar contra lo que va a acontecer. Al mismo tiempo refleja la compasión y la búsqueda del coraje a través de la serenidad y la invocación espiritual. Múltiples emociones se barajan hasta el estallido de la gran voz que alerta lo que va a desaparecer …

The Fall, la caída, la llegada del fin. Es un tema suave pero duro, angustioso, apesumbrado. En su trayectoria inicial se agarra a la garganta como una ventosa afilada y luego desata un sonido de profundidad cóncava mezclados con destellos de agonía coral.

Holy War es un tema precioso, con un arranque melódico de toque oriental, melancólico, pero que poco a poco evidencia su parte densa, de pérdida y recuerdo. Al mismo tiempo, desencadena una acción agresiva, con ráfagas de metales malévolos y voces de tono bajo y temperamental. Es un tema templado, motivador, que la llama a una confrontación sagrada.

Sanctuary es el lugar del reposo, de la cura y del reencuentro. Un espacio que eleva las sensaciones a través de su sonido descriptivo. Es un tema completamente místico.

Premonition se inicia con un golpe grave y un fondo de gruñidos como si una colonia de sabandijas hablara despavorida. Presagia malos augurios. Es la revelación de un hecho futuro a partir de la interpretación de ciertos indicios o señales. Los voces espirituales se irradian como una lluvia de estrellas bajo una éter caótico, inquebrantable e intenso, casi diabólico.

Llegamos a Ornithopter es una pista que estalla con un alarido potente de tambores ecográficos que se funden con una letanía coral y el ruido grave de las alas de un insecto volador. Hace referencia a los vehículos de transporte de la casa Atreides. La palabra proviene del griego «ornitos» (pájaro) y «pteron», (ala). Se trata de insecto aerodino que obtiene el empuje necesario gracias al movimiento batiente de sus alas como lo hacen las libélulas. Musicalmente ambienta un vuelo de altura, planeador, que sobrevuela las enormes extensiones desérticas, vislumbrando las cosechadoras de especie y los grandes gusanos oliéndote los pies.

Sandstorm, anuncia esa vorágine de polvo y fuerza que arrasa con todo. Son las temibles tormentas de arena donde gran cantidad de esa materia es levantada y conducida violentamente por la fuerte acción del viento, produciendo en personas y animales efectos de asfixia e hipertermia.  Es el momento donde el compás marca la búsqueda de un resguardo, de protegerse y no avanzar. El sonido 3D recrea estas sensaciones.

Tras la tormenta arenosa sobreviene Stillsuits, un regreso al sosiego para volver a la andadura a través de las dunas hasta encontrar la salida, el esperado final. Se percibe la soledad, la brisa del aire del desierto y la cálida arena bajo los pies. Es una autentica suite de paz.

Con My road leads into the desert se cierra la obra maestra de Zimmer. Es el punto final que se transforma en puntos suspensivos, porque la historia no termina aquí. Detrás de todo hay otra multidimensión que acecha con emoción y asombro, presagiando el misterio que nos espera en la segunda parte de la historia. Todo un final épico de marcados tintes orientales.

Concluyendo, estamos ante una colosal obra, única hasta el momento, con registros sónicos jamás oídos. Denis Villeneuve y Hans Zimmer hicieron toneladas de experimentos, incluso crearon instrumentos, para que el resultado sonoro fuera una música no de nuestro mundo, sino de otro tiempo, de otro planeta, porque los sonidos de Dune no podían haberse escuchado antes porque la historia de Dune acontece en un futuro donde los dispositivos para producir dichos sonidos tenían que existir en ese entorno. Como indica Denis Villeneuve en Hollywood Reporter:

Estuvimos de acuerdo en que la música tendría que tener una espiritualidad … una cualidad santificada. Algo que elevaría el alma y tendría el efecto que solo la música sacra puede lograr. Y creo que eso está firmemente presente en la partitura de Hans Zimmer. Pasó meses y meses creando nuevos instrumentos, definiendo, creando y buscando nuevos sonidos, empujando al máximo los límites.

No cabe duda de que estamos ante una arquitectura sonora sin precedentes, revulsiva, revolucionaria, donde se han inventado incluso instrumentos para adecuar la sonoridad al futuro. Eso no tiene precio. La capacidad de invención, el esfuerzo que supone, el talento que hay que arrojar para ello, las interminables horas de trabajo, son virtudes que tan solo algunos poseen.

Como comenta MundoBSOEl resultado de Dune es una obra épica, religiosa, arcaica, violenta, trágica y lírica que genera un caos de máxima inmensidad, rigor y profundidad a toda la película. Toda esta amalgama de referencias, motivos, temas, emociones, tonos y colores emprenden un viaje que arranca en la oscuridad (los primeros minutos de la película son de un fatalismo musical extraordinario) y va en busca de la luz, hacia la esperanza por la salvación. Y este es el principal cometido que tienen las músicas de Zimmer: facilitar una experiencia inaudita al público.

El gran maestro Zimmer ha sabido combinar a la perfección la profundidad emocional de la voz humana con la ansiosa intensidad de los elementos electrónicos y orquestales. No cabe duda de que él y Denis Villeneuve ganarán Óscar bien merecidos por su gran obra maestra.


Texto: Carlos Flaqué Monllonch (KarlFM)

Articulo original publicado en Crazyminds

sábado, 2 de octubre de 2021

FRASES PARA REFLEXIONAR

Hay cuatro grandes preguntas que formularse: de dónde venimos, quiénes somos, adónde vamos, advertía Woody Allen en una de sus películas. Y agregaba la última: ¿qué vamos a cenar hoy?. Aunque parezca un chiste, el interrogante acerca de cómo vamos a alimentar a la humanidad en treinta, cuarenta o cincuenta años comienza a tornarse serio a medida que se agotan los recursos naturales y la contaminación del planeta se acelera. El reconocido astrofísico y divulgador científico canadiense Hubert Reeves responde ágilmente cada una de esas grandes cuestiones en esta magistral frase, que resume la acción del ser humano en la Tierra y el incierto futuro de la humanidad.

Hubert Reeves, autor de numerosos libros, es uno de los divulgadores científicos más reconocidos del mundo, con una larga trayectoria como astrofísico y profesor universitario de cosmología. Entre otros cargos, ha sido director de investigación en el prestigioso Centre National de la Recherche Scientifique. Ha participado activamente en programas de radio y televisión en los que acerca, con rigor, los asuntos más complejos de la ciencia a todos los públicos. Presidente honorífico de la asociación Humanité et Biodiversité y de la Agence française pour la biodiversité.

jueves, 6 de mayo de 2021

CRÍTICA DISCOGRÁFICA: THE ANCHORESS – "THE ART OF LOSING"

Parece que la pandemia ha hecho reflexionar a artistas sobre la necesidad de componer discos catárticos, quizás porque los confinamientos alejan de la vida social y agudizan el análisis introspectivo y la autorreflexión. El proceso de permanecer aislado se percibe como una pérdida cercana y posible. Pero la vida es una larga aventura de reflexiones y aprendizajes, en lo bueno y en lo malo, y aunque nadie quiere perder, las pérdidas ofrecen importantes enseñanzas vitales. Por ejemplo, nos recuerdan que las cosas valiosas exigen compromisos rigurosos y nos obligan a identificar los espacios que hay que mejorar. 

No se puede ganar a menos que se aprenda a perder, decía Kareem Abdul-Jabbar, estrella de la NBA. Eso es precisamente lo que trata de decirnos The Anchoress, nombre simbólico de Catherine Anne Davies, en su último trabajo The Art Of Losing (El Arte de Perder). Porque perder, para ella, no significa cerrar puertas, sino abrirlas hacia nuevos senderos de juicio, crecimiento y superación.

Para Davies no ha sido nada fácil lidiar con sus disturbios vivenciales. Con el fin de lograrlo ha buscado el apoyo en la música como un arte y una habilidad para hacer bien las cosas y transformarlas. Ha comprendido que los problemas aumentan el “equipaje” emocional, y que soportar esta tremenda carga es uno de los grandes retos que tenemos como individuos. Librarse de aquello que nos daña fortalece nuestra existencia.

The Art Of Losing se inspira en eso, y para ello se inspira en una de las obras célebres de la poetisa norteamericana Elizabeth Bishop, ganadora del Premio Pulitzer de poesía en 1956: Pierde algo cada día / acepta el sobresalto de las llaves perdidas / de la hora malgastada. / No es difícil dominar el arte de perder. Son palabras que la propia Catherine Anne Davies ha tomado como referencia para la elaboración de su disco, porque comprender y racionalizar las pérdidas, porque, como las crisis, es una oportunidad para dar la vuelta al sufrimiento y evitar caer en el abismo.

The Art of Losing aparece en el mercado gracias al sello independiente Kscope, representantes también de Richard Barbieri, Lunatic Soul, Porcupine Tree, Steven Wilson, etc. The Art of Losing emerge, además, como segundo trabajo de The Anchoress. Su primer disco, Confessions of A Romance Novelist (2016), fue nombrado entre los mejores álbumes del año por The Guardian, elegido como el Álbum Galés del Año por HMV, y llegó a alcanzar el primer puesto como mejor artista debutante en los Awards PROG. Asimismo, fue nominado para el Premio de Música Galesa y consiguió el reconocimiento de artistas famosos como Peter Gabriel, David Gilmour, Toyah Wilcox, Robert Fripp, Al Murray y Robert Smith (The Cure), quien invitó personalmente a Catherine a actuar en el Meltdown Festival.

A partir de 2016, Davies permaneció alejada de la creación, salvo en trabajos colaborativos con otros autores. Con The Art of Losing se reactiva su necesidad de crear rodeándose de músicos de alto nivel. El disco cuenta con las colaboraciones de James Dean Bradfield (cantante de Manic Street Preachers) y del legendario Sterling Campbell (baterista de David Bowie y Duran Duran). En la producción del álbum están los talentos mezcladores de Dave Eringa (Manic Street Preachers) y del ganador del premio Grammy Mario McNulty (asiduo de David Bowie y Laurie Anderson).

Recordemos que Catherine Anne Davies, galesa de nacimiento, pero afincada en Reino Unido, tiene un doctorado en literatura y teoría queer por la University College London, y ha publicado un libro titulado Whitman’s Queer Children sobre poesía épica a través de Bloomsbury Publishing. Ha escrito, además, sobre el cineasta David Lynch  y ha entrevistado a Tori Amos y Manic Street Preachers para Drowned in Sound. Como influencias Davies cita a Laura Nyro, David Bowie, Tom Waits, Prince, Kate Bush, entre otros. Es una gran admiradora de Manic Street Preachers y de Simple Minds.

Muchas son las experiencias y pérdidas que Catherine Anne Davies nos cuenta en su The Art of Losing, vivencias que ella misma ha ido resistiendo a lo largo de sus años: abuso sexual y emocional, la muerte de su padre, tratamiento para un cáncer cervical, varios abortos espontáneos, su madre víctima de la demencia, rotura de un gran amor. Sufrimientos que ha ido soportando y la han llevado hacia una sublimación psicológica como única salida laxativa, a finde de superar los quebrantos y transformarlos en recuerdos más digeribles.

Muchas veces el acto de la creación lleva implícito el hecho de dejar morir lo que daña para que el dolor se transforme y renazca de manera más positiva y con mejor destino. De ahí que el artista antes de ver el fuego, necesita crear una chispa, y antes de que nazca su arte, debe estar listo para ser consumido por el fuego de su creación. Así definía el arte el famoso escultor francés Auguste Rodin.

No cabe duda de que las catorce pistas que estructuran The Art Of Losing, son un vivo testimonio de toda esta pesadumbre que define al artista atormentado, pero que a la vez busca, desde su dura erupción emocional, una resurrección perfectamente hilada para tejer un propósito coherente en el centro del tormento y dar un sentido compensatorio a las violencias vividas: ¿Había algún propósito para perder la cabeza? ¿Qué aprendiste cuando la vida era tan cruel?

El álbum fue escrito y grabado por la propia Catherine Anne Davies. Lo hizo durante esos años tan convulsos y ocupados, en los cuales supo encontrar consuelo e ideas para elaborar diversos proyectos mientras navegaba entre sus duelos. Las colaboraciones con Manic Street Preachers, Simple Minds y Bernard Butler fueron sustentos humanos que permitieron en parte el resurgimiento de la artista. Según cuenta ella misma: Gran parte del álbum fue editado y reelaborado en aviones y trenes mientras viajaba a través de Europa con Simple Minds. Fue un momento abismal para mí. La única manera de avanzar era seguir trabajando en horas robadas y en tránsito.

Estamos pues, ante un trabajo muy sincero, confesional, de corazón abierto. La portada del disco puede tener diversas interpretaciones, pero lo que parece muy evidente es el reflejo de un proceso doloroso de entrada y salida. Davies se refugia en la música para transitar, digerir y transformar su propio dolor. Tal vez sea una ironía decirlo, pero, aunque el dolor penetre y luego se expulse, nunca desaparece del todo, deja residuos, incluso después de su transformación artística. Ese dolor siempre formará parte de uno mismo, y sólo mejora cuando se transita hábilmente por él para aceptarlo, digerirlo y validarlo. La música y la lírica son, sin duda, dos de las herramientas que pueden reconvertir el dolor en arte, como es el caso.  

El álbum arranca con Moon Rise, un preludio suave de piano y cuerda que nos va introduciendo dentro de lenta retrospectiva emocional hasta llegar a Let It Hurt (deja que duela). El corazón está consternado de dolor, y se va abriendo, poco a poco, a través de sus arterias para dejar fluir el sufrimiento que lleva tiempo encerrado en sí mismo. El inicio de la canción marca esa pausada fluidez mientras la voz adquiere una cadencia casi temblorosa y lacrimosa.

Llegamos a la eclosión de The Exchange,con la voz de Davies cantando junto a James Dean Bradfield. Es un temazo que recoge la aflicción que ha ido goteando de ese corazón sangrante dentro de una especie de escarcela simbólica: No tienes la culpa / eres la otra parte del canje / sólo un peón para intercambiar de nuevo. El final del tema recuerda a ese sonido lejano y en suspensión al más puro estilo de Robert Fripp.

De repente, surge Show Your Face, marcando un ritmo donde las punzadas liricas muestran al desnudo esa masculinidad tóxica y abusiva: Tienes el valor de mostrar tu cara / a la luz de lo que hiciste. Davies comenta sobre el tema: En ese momento yo estaba pensando mucho en lo difícil que es para las mujeres llamar a los hombres en el poder. En términos de los temas del álbum, es un tema que trata sobre la pérdida de la amistad, de la fe en la humanidad, como consecuencia de esa hombría dominante y venenosa … Las máscaras sociales y de género (hipocresías y empoderamientos) ocultan la verdadera realidad e identidad.

Inmediatamente después brota The Art Of Losing, una maravilla de canción que recuerda al legendario Bowie berlinés, con Brian Eno, ambos al frente de Low, Heroes y Lodger. La letra se inspira en las líneas poéticas de Dylan Thomas: La rabia contra la muerte de la luz. Nos describe una realidad donde perder es necesario para sobrevivir dentro de un océano de calamidades. Davies ofrece un magnifico desarrollo de registros líricos donde las diversas capas vocales enfatizan distintas fases emocionales. La melodía y los cambios de ritmo son una auténtica obra de arte.

Entramos en All Farewells Should Be Sudden, otra joya, donde todas las despedidas deben ser repentinas y no permanecer demasiado tiempo ancladas en nosotros mismos, porque nos llevan a la destrucción. El tema comienza con un principio de la artista conceptual Jenny Holzer (protégeme de lo que quiero). Las campanas finales reflejan una posible ascensión y esperanza.

Así es como todos llegamos a estar bien, All Shall Be Well, una canción suave donde el piano marca la cadencia del reposo, pero un ligero viento de fondo da a entender que la oscuridad se está evaporando. Estamos logrado extraer (Unravel) de nuestro interior toda esa negritud que nos impedía ver la luz. Davies lo cuenta con sus propias palabras: Me encerré en un armario para grabar la voz y capturar esa sensación de claustrofobia que sientes cuando no sabes a dónde girarEl tema arranca suave, pero a medida que avanza toma un aire más agudo con sus respectivos cambios.

Tras el viaje de depuración, llegamos a Paris, un espacio triste y acompasado donde no hay voces, pero sí un piano y cuerda que preparan una escena terrible. La composición parece surgir de un ambiente interior, con poca luz y mucha tristeza y temor. En el fondo pueden escucharse algunas voces indescifrables. Es el preámbulo de que algo muy turbio va a suceder.

El reloj marca ya las 5AM, el quid del álbum. Es la pieza más desgarradora del disco. La letra pone la piel de gallina: Son las 5 de la mañana / y ella está goteando por mis muslos / sangre roja goteando en la alfombra / en el hormigón / No puedo dormir / no puedo hablar. Sin duda, Davies narra la punzante experiencia de perder un hijo a través de un aborto espontáneo. Semen, vida, sangre, esperanza y perdida, se juntan trágicamente en una fracción de tan solo 4 minutos y 2 segundos. Estremecedor.

Tras la dura experiencia llegamos a The Heart is a Lonesome Hunter, donde el corazón se erige como un cazador solitario. El titulo viene de un poema del escocés William Sharp: ¿Qué son todas las canciones para mí, ahora, a quién ya no le importa cantar?  Mi corazón es un cazador solitario que caza en una colina retraída. Pero al mismo tiempo la canción tiene esa connotación shakesperiana: Nadie sabe cerrar el cielo que lleva hasta ese infierno.

Son confidencias que lentamente terminan saliendo a la luz en My Confessor. Un tímido y misterioso inicio da paso a una Davies que, a modo de tema Bond, desata un oleaje de registros que claman que este mundo es el que vivimos. Llegamos a With The Boys, donde se explora la visión patriarcal bajo un sonido tembloroso y contrapuesto con una feminidad lírica a lo Kate Bush. Un piano orgánico marca el tempo detrás de un fondo ecográfico suspendido. El tema se cierra con las voces lejanas de unos niños correteando por alguna parte. Según The Anchoress, es una canción sobre el precio de hacer negocios en este mundo: Tengo que saber para qué son los moretones.

Y después de todo alcanzamos Moon (An End) bajo una tenue y blanca luz. El fin es el principio y éste aquél. Se cierra el círculo. El dolor ha sido expiado. Unos rumores femeninos canturrean insertos en una línea electrónica de sintetizador plano, como símbolo late el resto de un dolor que se va diluyendo hasta desaparecer. La catarsis se ha completado.

Al respecto cabe recordar una entrevista con el poeta galés Patrick Jones, la escritora Kat Lister (NME) y el editor en jefe de Empire, Terri White, donde reflexionaban sobre los motores que empujaban a los músicos hacia la necesidad de crear con el fin de purgar sus propios miedos y perdidas. Sobre ello, Davies comentó: No creo que la realización del álbum haya presentado nuevas soluciones, pero llegué a la certeza segura de que había que seguir adelante a pesar de todo. El álbum termina conmigo diciéndome a mí misma: por una vez en tu vida deja ir todo este dolor.

Concluyendo. Estamos ante un álbum que plasma el dolor visceral a través de un sonido confortable, íntimo e inteligente, donde la vida de la artista, tantas veces truncada por las pérdidas personales y los hechos traumáticos, casi la conducen a su propia destrucción anímica. Sin embargo, aunque profundamente afligida, Catherine supo lanzar a tiempo su ancla y detener el naufragio, enfrentándose valientemente a su trágica angustia, escribiendo y componiendo lo que de momento es su mayor obra, es decir, reconstruir su maltratado Yo y aprendiendo a dominar el difícil arte de perder.  

Nada mejor que terminar el análisis con las propias palabras de Catherine Anne Davies quien considera The Art Of Losing como su The Holy Bible: No puedo evitar pensar en narrativas novelísticas, pero todas las secciones liricas e instrumentales del disco proporcionan tramas perfectamente unidas por hilos emocionales. Con el disco quería plasmar las sensaciones y giros caóticos que suceden en tu mente cuando pasas por un trauma, la fragmentación que ocurre en tu propio sentido, además del tiempo y la forma en que experimentas las pérdidas. La forma en que tu memoria elimina enormes franjas de cronología. Musicalmente, quería presentar un poco de sentido al oyente sobre lo que se siente pasar por un trauma. La pérdida se calcula tanto en su crudeza como en su energía propulsora.

Carlos Flaqué Monllonch (KarlFM)

Articulo original publicado en Crazyminds