Hubo un tiempo en que los hombres dedicaban su
pensamiento a las máquinas, con la esperanza de que ellas les harían libres.
Pero esto solo permitió que otros hombres con
máquinas les esclavizaran
Frank Herbert (Dune, 1965)

Dune es un film
dirigido por Denis Villeneuve, basado en la adaptación
de la primera novela de ciencia ficción de Frank
Herbert. Gracias a ella, obtuvo los premios Hugo y Nebula y
el Premio Internacional de Fantasía que compartió con El
señor de las moscas de William Golding. Gran parte de la
obra de Herbert refleja su interés por la ecología y la
psicología, entre otras disciplinas. La película ha sido definida por la gran
mayoría de la crítica como uno de los mejores films de ciencia ficción
realizados hasta la hecha y el blockbuster de autor más
categórico de este siglo.
Literariamente hablando, cabe decir que Dune es la
novela de Sci-Fi más vendida de todos los tiempos (más de 12 millones de
ejemplares) y el primer libro de una larga saga que consta de 6 novelas, y cuyo
orden de lectura es Dune (1965), El mesías de
Dune (1969),los Hijos de Dune (1976), Dios
emperador de Dune (1981), Herejes de Dune (1984)
y Casa Capitular de Dune (1985), cuya totalidad conforma las
llamadas Crónicas de Dune, saga considerada una referencia
internacional entre los grandes clásicos del género. Dicho esto, vamos directos
a la BSO del film.
La música que amalgama toda la estructura de Dune es
una autentica maravilla, da soporte a toda la historia gráfica del film y
genera una atmosfera tan profunda que deja al espectador completamente
abducido. Fue lanzada digitalmente a través del sello discográfico Water Tower Music y contiene 22
pistas que fueron producidas mediante la tecnología Dolby
Atmos Music, un revolucionario sistema sónico en 3D que permite ir más
allá del film, aportando una tercera dimensión que eriza la piel de los
espectadores.
Estamos pues ante un sonido que penetra a través de los sentidos, por cada
poro de la piel, y se incrusta en el cerebro como los tentáculos de un pulpo
con su presa. Sin duda, es una experiencia de obligada visión en pantalla
grande a fin de dejarse arrastrar por su profunda inmensidad. Pero la
música global de Dune no solo abarca un álbum. De
hecho, la banda sonora está disponible en tres versiones diferentes:
The Dune Sketchbook (Music from the Soundtrack): Es un trabajo que incluye las exploraciones
musicales prolongadas y envolventes de la obra musical del film. Está
disponible en soporte estándar y Dolby Atmos Music. Consta de
solo nueve temas, pero de larga duración, repletos de efectismos, voces de
ultramundo, recursos y armonías disonantes, contrapuntos, sobresaltos, notas
bajas y altas, pausas y silencios, zumbidos sonoros y lejanías evolutivas, que
confluyen entre sí para ir tejiendo atmosferas insólitas y opresivas. Sin duda,
se trata de una arquitectura experimental más propia de otro mundo que del
nuestro, y que reencarna a la perfección la esencia de la novela de Herbert.
Todo el álbum es una evolución sónica que se cuece a fuego lento dentro del
horno anímico del espectador hasta abrasarlo con su frenética sonoridad.

Dune (Original Motion Picture Soundtrack): Presenta la película Dune del
compositor. estando disponible en configuraciones estándar y Dolby
Atmos Music. Y es la banda sonora que nos ocupa aquí principalmente.
The Art and Soul of Dune: Es la música
que acompaña al libro del mismo título y ofrece versiones únicas de los temas
principales de la película. Zimmer las ha recopilado para
acompañar al lector en su viaje a través de un libro visualmente deslumbrante
escrito por la productora ejecutiva de la película, Tanya Lapointe.
Está disponible en dos versiones, la estándar y la exclusiva y limitada para
los más fanáticos de Dune. La versión estándar puede
obtenerse en Amazon,
pero la edición limitada solo se puede comprar en Insight Editions.


Dune BSO es una
obra maestra que hace honor a su grandeza, 1 hora y 14 segundos de arquitectura
sónica que te sumerge en una ensoñación musical y efectista que visualiza las
sensaciones que producen las imágenes de las vastas dunas, las tormentas de
arena, las voces misteriosas, los golpes sónicos repentinos, los gusanos
colosales y las fuerzas estelares de macromagnitud inconmensurable. Para
disfrutar de todo este espectáculo es imprescindible escuchar la banda sonora
en equipos de alta calidad y con volumen. El cuerpo se encoge y el alma se
dilata hasta límites insospechados. Analicemos a continuación los temas que
configuran el álbum.
Dream of Arrakis es
la pista que abre el mundo de Dune y lo hace con un
sonido lejano de algo ignoto que se aproxima. De repente irrumpe una oleada
frenética de tonos electrónicos y percusivos que, a modo de latidos cada vez
más acelerados, terminan por evocar las sensaciones hacia un destino
desconocido. Frecuencias lejanas como los aullidos de una masa gigantesca de
elefantes, aúlla en el confín del planeta. A ello se le fusionan terribles
voces generando una coral infernal que auspicia un mal sueño.
Herald of the change,
es un tema suave que ofrece una calma engañosa. Sus notas creciendo como la
raíz que emerge de las profundidades en busca de su propio resplandor de luz
necesario para su supervivencia. Es el nacimiento de lo que vendrá. Poco a poco
se va transformando en un planeamiento atmosférico que irradia temor y mucha
inquietud.
Acto seguido, llegamos a la oscuridad de Bene Gesserit,
que describe la magia negra de lo mental, de los espíritus cuya fuerza es
atroz. Un ambiente denso y vaporoso en negro cae sobre el espectador y lo pone
al borde del abismo. Hacia el final llega un momento que se apodera de tu
corazón a causa de un tremendo sobresalto
Es el instante tenso del Gom Jabbar, el rito entre la
vida y la muerte, donde la caja del dolor y una aguja de punta venenosa te
fulminan si sucumbes a la prueba. Los cantos de las brujas impregnan la
atmósfera e inician una invocación ancestral a las fuerzas oscuras. La piel se
te pone de gallina. Son dos minutos de auténtico pavor y la música es la
responsable de este tormento emocional.
Superada la prueba, aparece The One, algo así como El
Elegido o el Kwisatz Haderach, el que está en todas
partes, clave de la historia de Dune. Es un tema que nos
devuelve la paz y la esperanza y que anuncia la posible llegada de algo
profético no sin antes advertir de la aparición de muchas cosas malsanas.
De repente, llegamos a puerto con Leaving Caladan, que
nos transporta a la grandiosidad elegante del planeta Caladan,
hogar de los Atreides. Denota fuerza, poder, equilibrio,
grandiosidad. Las percusiones y los fondos electrónicos ofrecen una cadencia
brutal y nostálgica a la vez, como un éxodo que huele a traición. Es un tema
muy corto pero muy poderoso.
Arrakeen es el
planeta de las dunas y la especie. El tema de entrada ya genera una tremenda
tensión con sus tambores y un latido de corazón que se acelera hasta fundirse
en el sonido de los ornitópteros (helicópteros con forma de libélulas).
Ripples in the sand es
el reflejo del puro desierto y de su dinámica, de sus ondulaciones y arena, de
sus fuerzas y peligros. Cinco minutos de viaje por un entorno espeluznante, la
rodeados de mística y la amenaza de monstruosos gusanos de arena. Coros, ritmos
extraños, efectismo y potencia electrónica, se conjuran para generar un space amarillento,
asfixiante, desolado y duro.
Visions oh Chani, es
la armonía de los sueños, de lo inmaterial y etéreo, de las premoniciones, de
aquello que aún no está pero que está por venir. Son las escenas donde Zendaya se
configura en la mente de Paul Atreides. La música se adhiere como
un gigantesco velo que navega por las lagunas del pasado y las advertencias del
futuro. Momentos de ensueño, de angustia, incluso de temor. Los efectismos
electrónicos se cruzan como flashes intermitentes con instrumentos de viento de
madera pensativos, cuerdas suaves y algunas voces bastante misteriosas. Sin
duda, un temazo.
Night on Arrakis es
la llegada de la helada noche desértica. El calor duerme y el frio se adueña
del ambiente. Tranquilidad absoluta, pero en el fondo late la duda y el miedo
porque se avecina el mal, la destrucción empañada de conspiración traicionera.
Armada es
impresionante. Anuncia acción frenética. Es la irrupción sonora que refleja el
poder del Imperio, el dominio de la Cofradía Espacial, de las Casas dúnicas, de
sus poderosos ejércitos y armas. Grandilocuencia por todos los costados. Naves
ciclópeas y huestes omnipotentes. Es la majestuosa entrada de la malvados
enemigos de los Atreides. Traición, maquinaciones, todo huele a ese
grito desesperado que se alza temible bajo el sonido ensordecedor de la
potencia sublime.
Burning Palms es
otro temazo que contiene sonidos que enardecen el alma. Arranca con fuerza a
través de metales villanos y alaridos de alarmas que dan paso a esa profundidad
majestuosa de golpes mecánicos hasta llegar a un sosiego latente y maligno.
Todo queda a atrapado y en suspensión hasta un nuevo alarido como un vaivén
electrónico que cruza velozmente el espacio. Un tema sin duda con mucha fuerza
y desgarro sonoro. El final es tremendo.
Stranded es como
una pausa ante lo que va a venir, un aviso, un punto de aire y reflexión. Como
su nombre indica empieza con notas bajas, en flotación ingrávida. Es como si
todo hubiera quedado inmóvil, atrapado en el espacio/tiempo, sin posibilidad de
desplazarse. Es un momento congelado de duda ante la gran amenaza. Huele a
pugna, a enfrentamiento y al hedor de la sangre.
Blood for Blood es
el punto álgido del duelo, el preliminar contra lo que va a acontecer. Al mismo
tiempo refleja la compasión y la búsqueda del coraje a través de la serenidad y
la invocación espiritual. Múltiples emociones se barajan hasta el estallido de
la gran voz que alerta lo que va a desaparecer …
The Fall, la caída, la
llegada del fin. Es un tema suave pero duro, angustioso, apesumbrado. En su
trayectoria inicial se agarra a la garganta como una ventosa afilada y luego
desata un sonido de profundidad cóncava mezclados con destellos de agonía
coral.
Holy War es un
tema precioso, con un arranque melódico de toque oriental, melancólico, pero
que poco a poco evidencia su parte densa, de pérdida y recuerdo. Al mismo
tiempo, desencadena una acción agresiva, con ráfagas de metales malévolos y
voces de tono bajo y temperamental. Es un tema templado, motivador, que la
llama a una confrontación sagrada.
Sanctuary es el
lugar del reposo, de la cura y del reencuentro. Un espacio que eleva las sensaciones
a través de su sonido descriptivo. Es un tema completamente místico.
Premonition se
inicia con un golpe grave y un fondo de gruñidos como si una colonia de
sabandijas hablara despavorida. Presagia malos augurios. Es la revelación de un
hecho futuro a partir de la interpretación de ciertos indicios o señales. Los
voces espirituales se irradian como una lluvia de estrellas bajo una éter
caótico, inquebrantable e intenso, casi diabólico.
Llegamos a Ornithopter es una pista que estalla con
un alarido potente de tambores ecográficos que se funden con una letanía coral
y el ruido grave de las alas de un insecto volador. Hace referencia a los
vehículos de transporte de la casa Atreides. La palabra proviene
del griego «ornitos» (pájaro) y «pteron», (ala).
Se trata de insecto aerodino que obtiene el empuje necesario gracias al
movimiento batiente de sus alas como lo hacen las libélulas. Musicalmente
ambienta un vuelo de altura, planeador, que sobrevuela las enormes extensiones
desérticas, vislumbrando las cosechadoras de especie y los grandes gusanos
oliéndote los pies.
Sandstorm, anuncia esa
vorágine de polvo y fuerza que arrasa con todo. Son las temibles tormentas de
arena donde gran cantidad de esa materia es levantada y conducida violentamente
por la fuerte acción del viento, produciendo en personas y animales efectos
de asfixia e hipertermia. Es el momento donde el compás
marca la búsqueda de un resguardo, de protegerse y no avanzar. El sonido 3D
recrea estas sensaciones.
Tras la tormenta arenosa sobreviene Stillsuits, un
regreso al sosiego para volver a la andadura a través de las dunas hasta
encontrar la salida, el esperado final. Se percibe la soledad, la brisa del
aire del desierto y la cálida arena bajo los pies. Es una autentica suite de
paz.
Con My road leads into the desert se cierra la obra
maestra de Zimmer. Es el punto final que se transforma en puntos
suspensivos, porque la historia no termina aquí. Detrás de todo hay otra
multidimensión que acecha con emoción y asombro, presagiando el misterio que
nos espera en la segunda parte de la historia. Todo un final épico de marcados
tintes orientales.
Concluyendo, estamos ante una colosal obra, única hasta el momento, con
registros sónicos jamás oídos. Denis Villeneuve y Hans Zimmer hicieron
toneladas de experimentos, incluso crearon instrumentos, para que el
resultado sonoro fuera una música no de nuestro mundo, sino de otro tiempo, de
otro planeta, porque los sonidos de Dune no podían
haberse escuchado antes porque la historia de Dune acontece
en un futuro donde los dispositivos para producir dichos sonidos tenían que
existir en ese entorno. Como indica Denis Villeneuve en Hollywood Reporter:
Estuvimos de acuerdo en que la música tendría que tener una espiritualidad
… una cualidad santificada. Algo que elevaría el alma y tendría el efecto
que solo la música sacra puede lograr. Y creo que eso está firmemente
presente en la partitura de Hans Zimmer. Pasó meses y meses
creando nuevos instrumentos, definiendo, creando y buscando nuevos sonidos,
empujando al máximo los límites.
No cabe duda de que estamos ante una arquitectura sonora sin precedentes,
revulsiva, revolucionaria, donde se han inventado incluso instrumentos para
adecuar la sonoridad al futuro. Eso no tiene precio. La capacidad de invención,
el esfuerzo que supone, el talento que hay que arrojar para ello, las
interminables horas de trabajo, son virtudes que tan solo algunos poseen.
Como comenta MundoBSO: El resultado de Dune es
una obra épica, religiosa, arcaica, violenta, trágica y lírica que genera un
caos de máxima inmensidad, rigor y profundidad a toda la película. Toda esta
amalgama de referencias, motivos, temas, emociones, tonos y colores emprenden
un viaje que arranca en la oscuridad (los primeros minutos de la película son
de un fatalismo musical extraordinario) y va en busca de la luz, hacia la esperanza
por la salvación. Y este es el principal cometido que tienen las músicas
de Zimmer: facilitar una experiencia inaudita al público.
El gran maestro Zimmer ha sabido combinar a la perfección
la profundidad emocional de la voz humana con la ansiosa intensidad de los
elementos electrónicos y orquestales. No cabe duda de que él y Denis
Villeneuve ganarán Óscar bien merecidos por su gran obra maestra.
Texto: Carlos Flaqué Monllonch (KarlFM)